Palabra de Antígona
Monsiváis: Feminista
Por Sara Lovera
Estoy segura que cada quien tiene algo que ver contigo. Cada una o uno van a recordar un encuentro, una conversación, una cercanía, porque trabajo de escritor y agudísimo cronista, estuvo del lado en que tenía que estar, como dice Carlos Payán, en el momento preciso, en la circunstancia necesaria.
Nos acompañaste siempre. Nuestro movimiento, el de las feministas, no estaría completo sin tu generosidad y tu lucidez. Mi recuerdo más antiguo está ubicado en el Paraninfo de la Preparatoria Uno, una tarde lluviosa en que se agolparon las y los jóvenes para escucharte, estaba ahí María Luisa “La China” Mendoza, acababa de publicarse en la editorial Era tu autobiografía.
Me impresionó la frase final: “tengo 30 años y no conozco Europa”, me propuse ir antes de cumplirlos; mucho tiempo no entendí tu ironía, tu sagaz inteligencia, tu memoria.
Luego te recuerdo analizando una crónica del diario El Día sobre el eclipse de 1970, que empecé súper cursi y nos reímos mucho, aunque pareciera difícil sacarte una sonrisa.
Más tarde, con el tiempo y los años, cuando eras definitivamente célebre, tu llamada tempranera que me animaba cuando estaba decidiendo mi vida en 1984; tus anécdotas contadas en las tertulias de la casa de La China, donde me hice periodista y ansiosa, pero no sabía escribir y servía el café, boba, escuchando.
También te sentí y viví en El Cine y la Crítica en Radio Universidad, donde fui invitada a generar ruidos extraños y pegar sobre la copa de un micrófono, mientras aprendía el significado del cine para la gente.
Pero quizá de todo ello, lo verdaderamente importante para una aprendiz de la vida, fue tu lucidez y tu verdadero acompañamiento en mi única lucha: la de las mujeres.
Y, esa otra, al lado de los cambios festivos de nuestra sociedad. En México en la Cultura, de la revista Siempre!, apenas comenzada la década de los años 70 abriste las páginas para el primer debate entre feministas: Antonieta Rascón, Rocío Peraza, Martha Acevedo, analizando cómo se haría, en el último trienio del siglo XX, el camino para liberar a las mujeres.
Harto de inhibir, delegar o transformar tus puntos de vista, escribiste: “Desde su levita de bronce, Juárez es como ningún otro héroe de la historia de México, profundamente actual,…nuestro contemporáneo por la índole de su paciencia, de su inteligencia política, de su genio institucional, de su resistencia, de su congruencia. No fue mártir y murió en el poder, al que le cobró demasiado apego, pero su talento inmenso y el empeño de su generación, de la Reforma, crearon el espacio de crítica y de tolerancia de donde viene una parte fundamental del desarrollo civilizatorio de que disponemos”.
Esto dijiste de Juárez, aclarando no olvidar a Morelos y a Zapata, en esa pieza magnifica, la única que conozco como pieza de teatro integrada en tu libro Las Herencias Ocultas de la Reforma liberal del Siglo XIX.
Por encima de todo lo que de ti se diga y escriba en estos días, hay que agregar que para las feministas fuiste el acompañante emblemático de la zaga profunda que nos anima: la promoción y la defensa de la diversidad humana, los derechos de las otras y los otros, desde la época en que el estruendo de mi generación –la del 68- exploró los caminos de la libertad sexual, el derecho al aborto y el rechazo profundo a la violencia contra las mujeres. El Estado Laico.
Carlos Monsiváis te fuiste en medio de la locura del Mundial de futbol, agazapado para evitar sentirte salpicado de la vulgaridad y los lugares comunes, que identificaste siempre, como esa destructora cultura priista que nos aprisiona y confunde.
A pesar de ti, el tímido con quien viajé a Holanda, que no saliste a la calle la primera noche y nos comimos un emparedado salido de una máquina. A pesar de tu permanente postura irreverente, hay ya de todo, guardia de honor ante tu féretro, en el inmenso patio del Museo de la Ciudad de México, el homenaje en Bellas Artes, homenaje en el Congreso, la reedición de tus libros, la invitación a leerte para entender qué pasó en este país en los últimos 50 años. A pesar de ti, priva esa tozudez formal por todas partes.
Yo que te vi, en silencio, cómo analizabas y te reías de la torpe representación de una vecindad en el centro histórico de la Ciudad de México, allá en Ámsterdam, y cómo me conminaste más de una vez a relatar mis vivencias con las costureras de la ciudad de México que en 1985 se levantaron frente a la destrucción. Sé que es a tu pesar.
Para las feministas se nos ha ido una luz clarísima en el tremendo túnel de la estupidez humana que nos han puesto a hombres y mujeres en lugares distintos; quién documentó nuestras cuitas.
Recuerdo perfectamente que fue en la Cultura en México donde a tu vera se documentó el nacimiento de Ven Seremos, el primer grupo feminista de Michoacán y como dejaste fluir la discusión en los años 80 del significado libertario de la anticoncepción y el derecho al cuerpo.
Te vi mil veces en la acera del camino de las primeras marchas por los derechos de lesbianas y homosexuales; aprendí de tu crítica a la persecución de ellas y ellos en Cuba, hoy finalmente abierta a los tiempos nuevos y a las realidades de siempre, por la libre opción sexual.
Hiciste con tu trabajo de periodista directo, permanente, con los oídos y los ojos abiertos, para nuestra generación el sitio necesario de la crítica alejada de los adjetivos baratos y de una ironía ilustrada que nos hizo leer, 40 años después, en tu libro El 68: La tradición de la Resistencia, el nacimiento preciso y explicado de un movimiento que dio contenido a la defensa de los derechos humanos, donde nació el nuevo feminismo mexicano.
Con tu dirección, me permití el análisis del cine de los años de oro, vi contigo una película en Portales, hace mucho tiempo y me hiciste reflexionar sobre la familia mexicana y todas sus ataduras ideológicas.
Tu voz se ha cegado, pero no tu inmensa y pertinaz obra aclaratoria de los tiempos de mi generación, apuntalada por tu sabiduría. Y claro, todo lo que tiene que ver con la literatura y la poesía. Te vamos extrañar Monsi, ahora que nos cunde la locura del desorden gubernamental, las feministas te vamos a extrañar profundamente.
saralovera@yahoo.com.mx
lunes, 21 de junio de 2010
domingo, 2 de agosto de 2009
HIGIENE VULVAR 2
En la etapa de pubertad y adolescencia, las mujeres debemos tener especial cuidado con nuestra vulva, ya que es para toda la vida. Lo que le hagamos o dejemos de hacer, puede hacer diferencia en la higiene y salud vulvar. Al secretar más grasita, al contar ya con los hermosos vellos públicos que son los que protegen como un gran escudo el pubis y la vulva, nuestro aseo seguirá siendo sólo con aguita y jabón. No debemos usar perfumes porque una vulva bien aseada, huele a limpio, a su olor natural. No debemos usar NINGUNA ducha vaginal porque dañamos la vagina. No debemos usar toallas sanitarias con productos como la mazanilla, aloe, lavanda o cualquier otro químico, porque produce DERMATITIS VULVAR y a veces, grave. Es MUY RECOMENDABLE usar un espejito para vernos la vulva todos los días. Es MUY IMPORTANTE CONOCERLA porque sólo así podremos notar cuando algo anda mal. El flujo vaginal normal es transparnte, como clara de huevo. Si tienes flujo amarillento, verdoso o grisáceo o blanquecino grumoso, o huele diferente o mal, acude a una revisión. En SHSSR puedes venir con tu mami o algun familiar o amiga, con tu pareja o sola. Estarás segura y serás bien informada y te daremos una atención muy especial y confidencial. SHSSR tel 924 96 45. Calle 54#439 C por 49 Centro. Mérida, Yucatán, Méx.
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viernes, 5 de junio de 2009
HIGIENE VULVAR 1
Mantener limpia y sana nuestra vulva, es imprescindible labor de cada día. Las mujeres de todas las edades debemos saber que nuestra vulva solo necesita agua y jabón para estar fresca y limpia. De bebitas, mamita nos asea cada vez que orinamos o surramos el pañal. Esa limpieza la hace con esmero porque si nos dejaran orinadas o con el pañal mojado por muchos minutos, nos produciría una "quemada" en toda la vulva y las nalguitas, incluso en la región anal, porque la orina es ácida y esa acidéz es la que daña nuestra pielecita. Cuando surramos o defecamos, con mayor razón mamita nos limpia aseandonos más meticulosamente porque debe cuidar que la caquita o excremento no se quede en ningún rinconcito y mucho menos en la uretra porque, además de la acidéz de las heces fecales que quemaría nuestra pielecita, puede provocarnos una infección en la orina. Insistimos en que la limpieza se debe hacer con agua y jabón. No es conveniente usar toallitas ya que contienen además de glicerina, alcohol y no se puede comparar con los beneficios del agua y del jabón.La limpieza siempre se hace de arriba hacia abajo.
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domingo, 17 de mayo de 2009
Conocer mi vulva
Desde muy pequeñitas, nuestras mamás deben enseñarnos todas las partes del cuerpo para que las podamos nombrar e identificar. Para conocer nuestra vulva, las mamitas nos deben dar un espejito y enseñarnos a miar nuestra vulvita y aprender sus estructuras. Labios mayores están por fuera, los labios menores por dentro, el clítoris, la uretra y el esfínter externo de la vagina o introito vaginal. Todas las niñas deben saber estas partesanatómicas y conocer también el ano. Aprender a asearnos y a no contaminar la vulva y el introito con excremento es tarea primordial.
jueves, 14 de mayo de 2009
VULVISIMA, PLACER UNIVERSAL
VULVISIMA, PLACER UNIVERSAL, es un espacio creado por SHSSR Y UNASSE, exclusivamente para mujeres. Vulvísima, Placer Universal, pretende ser un blog para dialogar desde el santuario de nuestra vulva. Vulvísima será la voz que nos guíe para conocerla, respetarla, cuidarla, amarla y mantenerla viva y saludable.Bienvenidas al Santuario de la Vulva Feliz!
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